Mis recuerdos en Guinea
My memories in Guinea
Juan Fernando Ortega Muñoz. Catedrático emérito de Filosofía de la Universidad de Málaga (España)
Me tocó vivir en Guinea Ecuatorial en un momento decisivo de su historia, el proceso de su independencia y constitución como país. Es cierto que viví en la isla de Santa Isabel, donde el 80 % de la población votó en contra de la independencia. Sin embargo, la isla se constituyó en el centro del nuevo Estado, que eligió como capital la ciudad de Santa Isabel. Lo peor del proceso, sin duda, fue la elección de su primer gobierno, presidido por Macías, que terminaría siendo condenado a muerte por su pueblo. Aquella primera época de su historia supuso un período de inestabilidad y desorden, tras un tiempo de autonomía que había sido pacífico y estable.
El presidente Macías, hombre inculto e incompetente, pronto determinó que su ministro de Asuntos Exteriores, que era el único de su gobierno que tenía cultura, se sublevara.
Yo viví con angustia aquella noche de la sublevación, que en un principio fue acogida con simpatía por la delegación española, pero el general Franco decidió que se le entregara de nuevo el poder a Macías.
Restablecido el poder en Macías, siguió un período de represalias contra los sublevados y sus simpatizantes. Fue un tiempo angustioso de encarecimientos y ejecuciones por parte del gobierno de Macías. Nadie estaba tranquilo con aquel gobierno.
Yo me refugié en el cuartel de la compañía del ejército español que aún tenía un destacamento en la capital. No me dejaban comunicarme con mi familia en España, ni por carta ni por teléfono.
Acompañé al aeropuerto al médico español de la policía guineana con la idea de enviar desde allí una carta a mi familia y aproveché un despiste de la policía para llegar desde un lateral del aeropuerto a un avión de Iberia. El policía que vigilaba el acceso al avión estaba distraído observando el altercado en las oficinas de los españoles que querían escapar. Yo estaba viendo el espectáculo desde un lateral del aeropuerto y me dirigí al avión, donde me presenté al comandante, quien me acogió amablemente. Así pude escapar de Guinea el 19 de marzo.
En Madrid me acogieron muy bien. Me pusieron un despacho en el Ministerio de Educación y allí arreglaba la documentación y los expedientes académicos de muchos guineanos españoles que habían escapado de Guinea.
Todas las fotografías están tomadas en el transcurso de un acto en el que intervine el 7 de marzo de 1968 en el instituto de Santa Isabel, provincia de Fernando Poo (en Guinea Ecuatorial).