GENERAR UN NUEVO HORIZONTE DE CIUDADANÍA
Daniel Fernando Arroyo. Ministro de Desarrollo Social (Argentina)
Durante el 2020 la Argentina pudo dar respuesta a la crisis y amortiguar la caída de los ingresos de las familias. Actualmente se está en condiciones de construir un nuevo paradigma de políticas públicas que siente las bases para reconstruir la movilidad social.
La pandemia COVID-2019 puso a Argentina frente a un desafío inédito, porque desacomodó las economías globales y golpeó especialmente al país, que ya afrontaba un escenario dramático luego del deterioro social y sanitario provocado por el gobierno anterior. En estos meses, la Argentina pudo dar respuesta a la crisis y amortiguar la caída de los ingresos de las familias, debido a las acciones implementadas por el gobierno nacional, junto a una gran red social que se despliega en todo el territorio. Al mismo tiempo, se llevaron adelante políticas de gran alcance, como el Plan Argentina contra el Hambre, y también se avanzó en políticas que permiten la conversión de planes sociales en trabajo y contribuyen a crear un nuevo horizonte de ciudadanía.
Desde el presidente, Alberto Fernández, se plantearon prioridades claras: arrancar por los últimos para llegar a todos. Esta decisión se vio reflejada en el refuerzo de la inversión social destinada a las distintas iniciativas del Plan Argentina contra el Hambre: la Tarjeta Alimentar, comedores comunitarios y escolares, transferencias a gobiernos locales para compra de insumos y alimentos y apoyo a la producción y comercialización de alimentos. La tarjeta alimentaria hoy llega a 1.567.751 titulares, y cubren a más de 2 millones de niñas y niños, 45.710 embarazadas y 49.520 personas con discapacidad.
El hecho de garantizar una base de ingresos es una condición necesaria para reconstruir un esquema social más igualitario. Por eso, es clave la implementación del plan Potenciar Trabajo, que implica que las personas cobren la mitad del salario mínimo y se vinculen con el mercado laboral formal. En esa línea, se avanzó en la bancarización de las y los titulares del programa, lo que les permite acceder a créditos y ampliar los ingresos.
El Plan Potenciar Trabajo hoy ya alcanza a 760.660 titulares y fueron financiados 171 proyectos con unidades de gestión locales y provinciales. Los proyectos se enmarcan en la producción de alimentos; los servicios ambientales, de recolección y reciclado de residuos sólidos; la creación de polos textiles con derechos y condiciones seguras; el fortalecimiento de empresas recuperadas y sus circuitos de comercialización; los cuidados integrales y las políticas comunitarias; y el apoyo a los mercados de cercanía.
Por su parte, con el Banco Nacional de Maquinarias y Materiales se promueve el acceso a herramientas de trabajo para personas y grupos asociativos que desarrollen iniciativas productivas o de servicios, de manera individual o asociada.
Por otro lado, el monotributo social fomenta la formalización de los trabajadores y de las trabajadoras de la economía social, solidaria y popular, y permite el acceso a la facturación y a la cobertura de salud y previsional. Al mismo tiempo, el Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (ReNaTEP) busca facilitar el acceso de las personas inscritas a programas de trabajo, capacitación, seguridad social e inclusión financiera.
Estamos haciendo crecer otra dinámica muy relevante para achicar la desigualdad: la urbanización de 4.400 barrios populares que hoy no cuentan con los servicios básicos. Estamos frente a la posibilidad real de tener una segunda política de Estado, como ya lo es la asignación universal por hijo, que se puso en marcha en el año 2009. Se quiere generar una metodología que se sostenga en el tiempo, porque requerirá una década de trabajo continuado.
Con este conjunto de políticas, se recuperó una idea central para la tradición del peronismo: gobernar es generar trabajo. Ya se pusieron en marcha mecanismos donde cruzamos economía popular, ingreso universal, políticas públicas, mejoras en términos de infraestructura y vivienda, acceso a derechos y movilidad económica. Todos a los que les tocó gobernar en la pandemia serán juzgados por los cambios estructurales hechos. Finalmente, hoy se está en condiciones de construir un nuevo paradigma de políticas públicas que siente las bases para reconstruir la movilidad social y generar un nuevo horizonte de ciudadanía.