Ciudadanía global. Una encuesta para reflexionar

David Méndez. Rector de la Universidad Ana G. Méndez (recinto de Gurabo)

David Méndez. Rector de la Universidad Ana G. Méndez (recinto de Gurabo)

No cabe duda de que los procesos de globalización, internacionalización, desarrollo sostenible y revolución tecnológica han revelado que nuestro mundo está aún más conectado. En este siglo contamos con más información y con datos que revelan y documentan que nuestro planeta está enfrentando grandes retos. Independientemente del país en que nacimos, de la nación o de las naciones a las que pertenecemos, o de la ciudad o pueblo en el que vivimos, todos nos estamos enfrentando a escenarios que retan e impactan: los derechos humanos, la salud, la educación, la vivienda, el ambiente, la seguridad y la sana convivencia.

Un solo vistazo a las noticias internacionales provoca que reflexionemos sobre las experiencias e implicaciones de un mundo globalizado y el gran reto que tiene la humanidad de entender y aceptar los conceptos de dependencia e interdependencia global. Es que hoy en día las situaciones locales y globales están totalmente conectadas. En la medida en que ayudamos o afectamos a nuestra comunidad inmediata, estamos impactando de una forma u otra a otros alrededor del mundo.

Asimismo, el bien común ya no solo se limita a tu pueblo o país. Su impacto se extiende a espacios que van más allá de cualquier espacio o comunidad y mucho más allá de límites sociales, económicos, geográficos y políticos. Por tanto, es importante que los pueblos y naciones se eduquen partiendo de modelos educativos que promuevan una mayor conciencia y responsabilidad social y un compromiso tanto local como global.

Sin lugar a dudas, la educación cobra mayor importancia como vehículo de capacitación y transformación ante las crecientes tendencias que en la presente década amenazan el bienestar y el futuro de la humanidad, tales como el elitismo, el divisionismo, el proteccionismo, la explotación ambiental, la polarización, la corrupción, la mediocridad, la incompetencia, el conformismo, el racismo, el ultranacionalismo y hasta el populismo desmedido. A esta lista se añaden un sinnúmero de fobias que reflejan la necesidad inminente que tienen las sociedades de educarse para respetar la amplia diversidad que sus ciudadanos representan.

Ante tales tendencias, el modelo educativo de ciudadanía global nos brinda una esperanza y múltiples estrategias de desarrollo y formación. La educación para la ciudadanía global provee una perspectiva educativa dirigida a desarrollar una sociedad comprometida activamente con la consecución de un mundo más equitativo y sostenible. A su vez, este modelo educativo queda validado por la agenda mundial sobre los objetivos de desarrollo sostenible, en concreto en su meta 4.7 («Educación para el desarrollo sostenible»), en la que se incluye la ciudadanía mundial.

Por otra parte, la Unesco propone que sea imperativo que en el 2030 o antes aseguremos que todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible, entre otras cosas mediante la educación para el desarrollo sostenible y los estilos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad y la contribución de la cultura. Es decir, que la educación para el desarrollo sostenible, y por ende la educación para la ciudadanía global, promueven el respeto a la diversidad, la defensa del medio ambiente, el consumo responsable y el respeto a los derechos humanos individuales y sociales.

Es importante señalar que durante los pasados quince años la organización Oxfam Intermón ha dedicado sus esfuerzos a promover la educación de calidad como un derecho fundamental que es necesario para la transformación social. Además, esta organización desarrolló un modelo de ciudadanía global basado en un conjunto de conocimientos, destrezas y aptitudes que los alumnos deben poseer. Este modelo va dirigido a desarrollar ciudadanos críticos, conscientes y comprometidos con la transformación social. Oxfam Intermón afirma que «cambiar la escuela es cambiar el mundo». Por tanto, la escuela y los educadores se convierten en agentes de cambio que impulsan transformaciones sociales mediante procesos innovadores que contribuyen a «la construcción de un mundo más justo y sostenible». Desde esta perspectiva, el modelo Oxfam sobre la educación para la ciudadanía global ofrece herramientas didácticas y metodologías prácticas que proveen el apoyo necesario a los educadores, de manera que puedan cumplir con su rol facilitador de la transformación.

Para complementar las iniciativas antes mencionadas y validar la importancia del papel de la educación y la ciudadanía global, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) incorporó en el Informe PISA (Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes) la competencia global. Esta competencia busca evaluar la capacidad de una persona para enfrentarse a problemas y situaciones globales, locales o interconectadas, interactuando con respeto, dignidad y responsabilidad y buscando la sostenibilidad y el bienestar.

Sumándose a estas iniciativas, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció en el 2010 su programa Impacto Académico (UNAI, por sus siglas en inglés). Esta iniciativa fue diseñada para desarrollar proyectos colaborativos entre la ONU y más de 1.300 universidades de 130 países, con el fin de apoyar los principios, objetivos y mandatos de la ONU. La UNAI representa un enlace o puente para que estudiantes, profesores y administradores universitarios propongan nuevas ideas, invenciones y soluciones que atiendan los múltiples retos globales y colaboren en el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible.

Bajo las actividades de la UNAI, la Universidad Ana G. Méndez —institución para la cual labora el autor de este artículo— fue designada para servir de centro del principio de educación para la ciudadanía global. El autor, como parte de sus funciones en calidad de vicerrector de Relaciones Internacionales, tuvo la oportunidad de convertirse en portavoz y embajador de dicho principio. Esta designación le brindó la ocasión de participar en una mesa redonda con un grupo de representantes de diez universidades, pertenecientes a varios continentes. Estos representantes se reunieron en Hong Kong para dialogar sobre los diversos modelos de ciudadanía global y los retos que enfrentan los educadores universitarios para desarrollar e implementar programas educativos conducentes a la formación de ciudadanos del mundo.

Durante la conferencia, los diálogos y discusiones de la mesa redonda se tornaron sesiones reflexivas en las que se evidenciaba la multiplicidad de modelos educativos y el espectro multidimensional de las perspectivas y percepciones sobre la ciudadanía global. A estos factores se sumaron otros modelos que reconocen la relación que existe entre la ciudadanía global y los aspectos culturales, políticos, sociales, geográficos e históricos de los entornos que inciden en el proceso enseñanza-aprendizaje.

Luego de participar por varios días en sesiones grupales basadas en ejercicios de discusión en mesas redondas, el autor regresó a su recinto universitario considerando dos preguntas fundamentales sobre la definición de un ciudadano global: ¿cómo definimos a un ciudadano global? y ¿qué palabras, conceptos o términos nos ayudan a definir a un ciudadano global?

Una revisión de la literatura en torno al tema reveló que existen múltiples definiciones y un amplio conjunto de términos que se utilizan para definir, ilustrar y explicar la ciudadanía global. Este hallazgo motivó al autor a diseñar un proyecto de investigación. A este esfuerzo se unieron dos colegas, la doctora Sandra Guzmán y el doctor Ángel Ginorio, quienes realizaron sus disertaciones en temas relacionados con la educación internacional y constituyeron junto al autor un equipo de investigación.

Como resultado de varias sesiones de discusión se diseñó una encuesta titulada «Palabras, términos y conceptos que reflejan la comprensión sobre la ciudadanía global. Un estudio descriptivo-cuantitativo». El propósito de este estudio es conocer las palabras, términos y conceptos que utilizan los miembros de instituciones de educación superior al describir o definir al ciudadano global.

Para tener acceso al cuestionario, es necesario visitar la siguiente página: http://bit.ly/Estudio-Ciudadania-global-UNAI

Más información sobre este proyecto de investigación avalado por la UNAI aquí.

Le exhorto a participar en esta encuesta de alcance mundial. El proceso de revisión y selección de palabras, términos y conceptos relacionados con la ciudadanía global provocará reflexiones sobre los diversos aspectos que inciden en la comprensión de dicho término. Participando en la investigación, usted aportará a la comprensión del concepto de ciudadanía global y ayudará a contextualizar dicho concepto dentro del marco de las experiencias personales de los participantes y de los retos y realidades que estamos viviendo durante la presente década. De surgir alguna pregunta sobre el proyecto, por favor escriba a edmendez@suagm.edu.

Agradezco su atención a esta reflexión y le invito a convertirse en agente de cambio que reafirma su compromiso con la educación para la ciudadanía global y con el desarrollo sostenible de nuestro mundo.