Colaboración transatlántica y el desarrollo de Internet en América Latina y el Caribe

Rafael Pérez Colón. Presidente de la Casa de Puerto Rico en España

Rafael Pérez Colón. Presidente de la Casa de Puerto Rico en España

Aunque cada vez es más omnipresente e irónicamente invisible para la mayoría de nosotros, los servicios digitales que marcan el estilo de vida actual se apoyan en una infraestructura que interconecta millones de computadoras alrededor del planeta. Esta es la red llamada Internet, que se creó durante la segunda mitad del siglo pasado y fue incubada principalmente en universidades y centros de investigación. Antes de comenzar a utilizar la palabra «Internet», hablábamos de «redes de computadoras u ordenadores», y en el sector universitario de «redes académicas y científicas», ya que su objetivo principal era facilitar y fortalecer la colaboración en dicho ámbito.

A partir de la segunda mitad de la década de los ochenta, estas redes académicas y científicas crecieron rápidamente, incorporando instituciones públicas y privadas a nivel global. Los países que contaban con infraestructura de telecomunicaciones y economías más desarrolladas comenzaron así a generar ventajas competitivas en la naciente sociedad de la información y la economía digital. En esta coyuntura histórica, América Latina y la región del Caribe (ALC) experimentaron rezagos en relación con sus vecinos geográficos en América del Norte y sus afines culturales en Europa.

En este marco es que aprovecho la invitación de esta prestigiosa revista que estudia las relaciones trasatlánticas para compartir un capítulo poco conocido de la historia del desarrollo de Internet en ALC. Asimismo, anotamos para el registro histórico el papel que tuvo la colaboración trasatlántica, en concreto España, la ciudad de Sevilla y también el vínculo con Málaga, ciudad sede del Aula María Zambrano de Estudios Trasatlánticos (Universidad de Málaga).

Este capítulo del desarrollo de Internet en ALC ocurrió durante el período de 1990 al 1991, y fue una acción catalizadora para el desarrollo de las redes académicas y científicas, precursoras de Internet en la región. El dato vinculante con Málaga y la cooperación trasatlántica es que esta acción fue producto de la visión y liderazgo de un ilustre malagueño, Don Ricardo Valle Sánchez[1], (Málaga, 1934-Madrid, 2008), y que dicha acción de impacto en ALC se promovió desde España, con la ciudad de Sevilla como escenario protagónico.

Se trató de un estudio encomendado en 1990 por la ya desaparecida Fundación para el Desarrollo de la Función Social de las Comunicaciones (FUNDESCO)[2], en Madrid. El estudio se hizo a partir de un intercambio de ideas que mantuvimos entre don Ricardo Valle Sánchez (quien en aquel momento era director del Departamento de Tecnologías Aplicadas a la Formación en FUNDESCO), su asociado don José Miguel Roca Chillida y el autor de este artículo.

De aquella conversación surgió la idea de hacer un estudio sobre la situación de las redes académicas y científicas en ALC, con el propósito de proponer estrategias de colaboración y apoyar su desarrollo. El estudio se llamó Iniciativa CLARIN (Colaboración con Latinoamérica en Redes Informáticas Normalizadas) y se llevó a cabo entre marzo y octubre de 1990 bajo la supervisión de don José Barberá[3], director de RedIRIS (la red académica y científica española)[4] que operaba bajo FUNDESCO en aquel momento. El que suscribe fue el responsable de llevar a cabo el estudio.

Durante aquellos meses, se seleccionaron varios países y se establecieron contactos con gobiernos, universidades y organismos internacionales que se perfilaban como potenciales líderes e influenciadores del proceso de desarrollo de las redes en ALC. Se visitó Venezuela, Costa Rica, México, Argentina, Chile, Brasil, Washington DC y Nueva York. Durante las visitas, se conoció de primera mano el estado de las iniciativas de redes académicas y científicas en los países visitados. También se identificaron potenciales apoyos de organismos internacionales e instituciones, como la Fundación Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (NSF).

Un caso especial fue el de Puerto Rico, dado que el autor fue director técnico de los desarrollos de la iniciativa de red académica y científica en la Universidad de Puerto Rico (UPReNet) y cuando estaba en España actuaba como delegado. Al mismo tiempo, Puerto Rico ya se encontraba en una etapa relativamente avanzada, puesto que desde la Universidad de Puerto Rico se trabajaba en la creación de una iniciativa que facilitaría conexión a otras instituciones de la isla y del Caribe.

El análisis de las visitas condujo a varios hallazgos clave:

• En todos los países visitados, había esfuerzos encaminados desde los gobiernos (a través los consejos nacionales de ciencia y tecnología) o desde las principales universidades y centros de investigación.

• Como norma general, los esfuerzos de los países se orientaban a buscar conexión con las redes en Estados Unidos, pero la colaboración entre los países de la región era mínima. La excepción se daba en Centroamérica, donde se comenzaba el diálogo subregional, y en Puerto Rico, que ya colaboraba con la República Dominicana y otros países en el Caribe.

• Organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), así como la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos, presentaban un claro deseo por colaborar con la región e identificaban la falta de interlocución regional como un desafío.

• Desde Europa, coincidente en el tiempo con CLARIN pero con más amplio alcance y duración, se iniciaba otro estudio por parte de la también desaparecida Unión Latina[5] en colaboración con UNESCO y la Comunidad Europea llamado REDALC[6], liderado por don Daniel Pimienta.

• En cierta forma, las personas que lideraban los desarrollos en los distintos países contaban con poca información sobre los esfuerzos y las personas clave de los países vecinos.

A partir de los hallazgos, la decisión en FUNDESCO fue diseñar una acción simple con potencial de alto impacto. La estrategia, tal y como se demostró más adelante, fue acertada y el resultado fue un detonante para dinamizar la colaboración regional. La acción diseñada fue la organización de una reunión de representantes de los países estudiados, anticipando que este encuentro podría generar sinergias y acciones que establecieran un marco para la coordinación regional. La ciudad de Sevilla fue el escenario de aquel primer encuentro organizado por FUNDESCO, al que asistieron representantes de los siguientes países: Chile, Costa Rica, México, Puerto Rico, Venezuela y el país anfitrión, España. El encuentro se realizó entre los días 9 y 12 de octubre de 1990, en paralelo a las Jornadas Técnicas de RedIRIS de ese año.

Una vez más, la cooperación trasatlántica fue protagonista y el 12 de octubre de 1990 se firmó el documento bautizado Declaración de Sevilla, que dio paso a la iniciativa SIRIAC (Sistema Interconectado de Recursos Informáticos Académicos y Científicos), para la cual los representantes institucionales se constituyeron en comité gestor. En Sevilla también se acordó llevar a cabo un segundo encuentro que fue celebrado en Santiago (Chile) en marzo de 1991. A este segundo encuentro asistieron representantes de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, España (FUNDESCO), México, Perú, Puerto Rico, Uruguay, Venezuela y la OEA.

Como organismo internacional, a lo largo de la siguiente década, el principal apoyo que tuvo el desarrollo de la colaboración regional fue la OEA. Vale destacar el liderazgo y compromiso de don Saul Hahn, del Departamento de Asuntos Científicos de la OEA, durante aquel período vital que siguió al efecto detonante de la iniciativa CLARIN de FUNDESCO y la reunión de Sevilla.

El resto del desarrollo de Internet en América Latina y el Caribe es historia más conocida y a lo largo de los años se han estudiado y reconocido esfuerzos que contribuyeron desde distintas perspectivas. Sirva este artículo como constancia y reconocimiento a esta intervención puntual que surgió a iniciativa del malagueño don Ricardo Valle Sánchez y que fue desarrollada por un puertorriqueño desde España. Podemos afirmar que hubo un antes y un después para el desarrollo de Internet en América Latina y el Caribe, marcado por aquel primer encuentro de líderes en la histórica ciudad de Sevilla, curiosamente un 12 de octubre.

Participantes en el encuentro de Sevilla, en 1990. De izquierda
a derecha: José Méndez y Roberto Lorán (Puerto Rico), Rafael
Pérez Colón (FUNDESCO y Puerto Rico), Giuliana Fanelli y Danilo
Poklepovic (Costa Rica), Florencio Utreras (Chile), Armando
González Nates (México), Edgar Zorrilla (Venezuela) y, por último,
un segundo representante de México que no hemos podido
identificar con su nombre. Además, participó William Rodríguez
(Venezuela), ausente en esta fotografía.



[1] http://biblog.etsit.upm.es/?p=2289

[2] https://www.ucm.es/data/cont/media/www/pag-13888/Jose%20Maria%20MORENO%20SANCHEZ%20-%20Fundesco.pdf

[3] http://www.rediris.es/difusion/publicaciones/boletin/44/enfoque2.html

[4] https://www.rediris.es/rediris/historia/

[5] https://es.wikipedia.org/wiki/Unión_Latina

[6] http://funredes.org/funredes/html/castellano/redalcesp.htm